La indiferencia social, es una de las más crueles actitudes del ser humano de este tiempo al vivir centrado en el egoísmo y toda clase de vanagloria. ¿De qué sirve, si alguno dice que tiene fe, pero no tiene obras? ¿Acaso puede esa fe salvarlo? Si un hermano o una hermana carecen de ropa y alimento y ustedes les dicen vayan en paz y no les dan con que cubrirse y que comer ¿de qué sirve? Por tanto una fe sin obras es muerta. Santiago 2.
El gran mandamiento es amar a Dios con todo el corazón, todas las fuerzas y con toda el alma y al prójimo como a si mismo, así resumió Jesucristo los mandamientos de la ley de Dios. No es hacerlo solo por figurar y aparentar ser buenos ante una sociedad asfixiada por la doble moral que olvida que la prioridad de Dios es el ser humano. Vemos a cientos de personas y asociaciones preocupados por los perros y demás animales abandonados en las calles pero indiferentes a la realidad de los ancianos y niños desamparados.
El gran mandamiento es amar a Dios con todo el corazón, todas las fuerzas y con toda el alma y al prójimo como a si mismo, así resumió Jesucristo los mandamientos de la ley de Dios. No es hacerlo solo por figurar y aparentar ser buenos ante una sociedad asfixiada por la doble moral que olvida que la prioridad de Dios es el ser humano. Vemos a cientos de personas y asociaciones preocupados por los perros y demás animales abandonados en las calles pero indiferentes a la realidad de los ancianos y niños desamparados.
Ora y medita en el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo quien siendo el hijo de Dios se humilló así mismo y se entrego como el Cordero de Dios para limpiar nuestro pecado y concedernos el perdón y vida eterna al restaurar nuestra comunión con su Padre Celestial y tengamos mas compasión por los necesitados.