Reconcíliate… En
tu corazón con Dios, contigo mismo y con los demás, porque el perdón nace de adentro hacia afuera. Al reconciliar nuestra alma
recibimos revelación, gozo y paz, nos
hacemos libres del peso del enojo, y de
las ataduras invisibles del pecado, así podremos elevarnos por encima de cualquier mezquindad
ajena.
Reconciliación
es… Misericordia en acción, la sangre de Jesucristo nos limpia de pecado y
nos capacita para no pagar mal con mal y dejar que Dios sea nuestro defensor.
En medio de
esta generación ególatra... Debemos saber que vamos a ser heridos por el egoísmo reinante en el corazón de la gente, incluso en la misma iglesia por la conducta descuidada e indiferente
de sus líderes. Pero, un hijo de Dios da testimonio de su fe, de amor
y de bondad porque eso aprendió de su maestro.
Los traidores envidiosos siempre van a rondar nuestra vida… Y solo debemos orar: Padre Celestial por favor perdona nuestras ofensas, ayúdanos a perdonar a otros, llénanos de tu amor, de tu sabiduría y danos entendimiento para vivir reconciliados contigo, lo pedimos en el nombre de Jesucristo Amén.