Te irá bien dice el Señor en Isaías 3:10, “Díganle al justo que le irá bien, pues gozará del fruto de sus
acciones”. Justo es quien anda agradando a Dios, alguien no hipócrita, fiel, obediente de buen corazón, que habla verdad, que no tolera el pecado y no participa
de las obras infructuosas de las tinieblas, ni toma el nombre del Señor en vano.
Jesucristo
administro bien su tiempo, siempre
estuvo rodeado por multitudes pero apartaba tiempo para subir a
la montaña a orar en privado. Pasar tiempo en oración ante la presencia de Dios nos libra del yugo
de los trajines diarios y escucha voz de Dios.
Dios es justo
y vigilante, nada hay nada oculto a sus ojos, espera el tiempo oportuno para
bendecirte. Muchos dirán: “De veras los justos son
recompensados; es verdad que hay un Dios que gobierna el mundo” Salmo 58:11, Dios
recompensa a los fieles y sinceros. Salmo 18, Dios conoce
vuestros íntimos deseos y jamás pasa por alto tu fe y
obediencia. El da el pago
merecido al injusto, salva al humilde y humilla al soberbio.
Dios nos alumbra con su Luz y nos libra de la oscuridad, derriba
a enemigos y obstáculos. Dios es perfecto en su camino, su palabra es
poderosa y cierta. Salmo 18:28-30 No importa si los enemigos son de
adentro o de afuera, siempre nos ayuda.
Dios nos saca del valle de aflicción, aunque los enemigos sean numeroso como ejércitos y fuertes como ciudades amuralladas, eso no es problema
para Dios porque humilla a los poderosos.
El arrepentimiento sincero nos acerca a Dios, tenemos que ser aceptados por Jesucristo nuestro
Salvador y único mediador ante el Padre Celestial. Pide que venga a tu vida hoy, anhela su ayuda, arrepiéntete de todo pecado, pide perdón a Dios y recibe sus bendiciones porque por los méritos
de la sangre del Cordero de Dios te irá bien.