Fruto
del espíritu... Es la expresión de un carácter transformado con amor, sabiduría, dominio propio, y bondad en sus relaciones con los demás. Si "no" hay señales de cambio, no hay regeneración pues el corazón es
engañoso, malo y perverso y nos engaña a nosotros mismos. Una persona de
fe, es sensible a la corrección divina, "no" busca aprobación de
hombres pues su prioridad es agradar al Padre Celestial.
Fruto del espíritu... La vida es más fácil sin el pecado... Nadie
se escapa a sus terribles consecuencias. Aunque hay muchas tentaciones, podemos
resistirlas en fe y oración. La persona que tiene el fruto del Espíritu crece en
santidad, en pureza y presenta su cuerpo como sacrificio vivo de
alabanza ante los ojos del Padre.