Amargura... Es lo que intoxica el alma, el Señor dijo: "Mirad
bien de que nadie deje de alcanzar la gracia del Eterno por llevar una raíz de
amargura y termine contaminando a otros. La persona amargada se apoya en otros para tratar
de justificarse. Asume el papel
de víctima, juzga mal como dice el refrán: "el ladrón juzga por su
condición. No resiste una confrontación y explota en acusaciones, es paranoica y traicionera.