¿Dónde estás
mi Señor?
Grité aquella
mañana,
Desesperada,
anhelaba oír su voz,
¿Dónde estás?
Volví a gritar;
¡No me
castigues con tu silencio!
¿Dónde estás,
mi Señor?
"¡Aquí
estoy!" respondió.
Búscame en
tu conciencia,
Búscame en el
silencio de tu alma,
Búscame en el
mendigo con harapos,
Búscame en el
abandonado,
Búscame en el
solitario.
"¡Allí
estoy en cada uno de ellos!"
Búscame en el
drogadicto,
Búscame en que duerme en la calle,
Búscame en la
mirada del anciano abandonado,
En el
hambriento, que come desechos d.
"¡Allí Estoy!"
"¡Allí Estoy!"
En la cama del
enfermo solitario,
En el jadeante
respirar del perseguido,
En el llanto
del traicionado,
En la
vergüenza del hijo rechazado,
En el clamor
estéril del condenado
"¡Allí estoy!"
"¡Allí estoy!"
No estoy en un edificio de ladrillo y cemento,
no estoy en una pintura famosa.
no estoy en una pintura famosa.
"Yo"
estoy en los que sufren.
en los marginados,
Yo
estoy en el débil y afligido,
No en un pedazo de madera.
No en una pieza de fundición,
No en una estatua de yeso,
Ningún
objeto puede contener mi gloria.
Aprendan
a encontrarme en el débil y,
en mis pequeñitos, entonces me verán,
y nunca dejarán de escuchar mi Voz.
y nunca dejarán de escuchar mi Voz.