El tiempo… es el peor enemigo por ser irreversible, esperar debilita
la fe, dispara emociones y nos vuelve
quejumbrosos ante situaciones adversas.
Sara
al ver pasar el tiempo se debilitó en su fe
y presionó a Abraham para que engendrará con su sierva Agar. Olvido
que ella y Abraham tenían la promesa. Abraham
cansado de esperar, aceptó el plan de Sara y nació Ismael trayendo consigo
más tristezas que alegrías.
Con
el tiempo... Abraham aprendió con dolor que las promesas de Dios se
esperan y reciben por fe y reconoció su error, se fortaleció
y recibió su milagro.
Si estás cansado de esperar, ¡No mires más el tiempo! fortalece tu fe, declara
en voz alta, la Fidelidad y el Poder del Eterno de Dios y sus benditas promesas
porque ciertamente vendrá y no tardará tu milagro. ¡Alabado sea el Señor!